Tuesday, December 26, 2006
Monday, December 25, 2006
Sunday, December 17, 2006
Nostalgia
Yo rodeada de agua por todas partes..., sin ser tierra de nadie.
Aparece quizás maldito un sentimiento...
que te atrapa en tu eternidad y en mis aguas.
Hoy remomoro la historia y son tus palabras y tu voz lo que me faltan.
Hoy siento esa..., por lo que me quedó. Y ese sentimiento entre ruinas y soles a distancia nos ha unido... Sólo que no era la misma: Nostalgia...
Monday, December 11, 2006
pepe pepa pepe
eran y estaban enamorados
pepe . pepa
a ellos les gustaba el pato del estanque
pepa . pepe
reían como gilipollas porque todo era muy bonito
pepe . pepa
y la ciudad vista desde las alturas se les parecía con un prado en primavera
pepa . pepe
vieron la lombriz penetrando en la tierra
pepe . pepa
como un sonido reflejaba el silvido de la araña
pepa . pepe
la ilusión de su felicidad era óptica,
como todas
pepe . pepa
también lo es la ilusión de la tristeza,
también lo son las ilusiones y sus ausencias
pepa . pepe
que te sangren los oidos.
En Torno "a"
¿Quién lo sabe?
Una vez vi una hormiga desplazarse lentamente sobre el pegamento dulce
Parecía golosa pero dudo que estuviese allí así por voluntad propia
¿Quién ha visto a un árbol crecer sobre un satélite de ámbar, de resina seca, de sangre vegetal muerta, de pus de otro reino de ser vivo. Bonitas joyas. Vomitas joyas.
Tu intermitencia es como el cursor del procesador de textos, siempre inspira algo, siempre… cambiar de dirección.
El otro día había una gorda, no gorda con tono despectivo, gorda porque lo estaba; había una gorda postrada a cuatro patas tras un auto, un turismo (da lo mismo si es rubia) con el tubo de escape del mismo encendido y en la boca, como quien hace una mamada a un gran puro, adelante atrás, adelante atrás, hasta la traquea.
Siempre gira, siempre gira, siempre en torno “a”, si esa casa colonial inglesa no es de Hitchcock a mi que me lo expliquen. Son las circunstancias adversas del turismo. La degradación en la que cae incluso la arquitectura. La a, La a.
Sunday, December 10, 2006
Friday, December 08, 2006
Fecha de caducidad para el amor...
¡Advertencia!: Sólo por una noche, ahí caduca mi amor...
Monday, December 04, 2006
Be art my friend
Botes vacíos
Algo como eso que nunca llegamos a decir, que nos guardamos por miedo. Sometidos por el miedo, encerrados en botes vacíos. Envasados al vacío en esta nuestra sociedad. Sociedad en la que nos movemos de forma inadvertida para no propiciar el escándalo de lo que no nos preocupa. O no nos preocupa o que no nos ataña de manera directa. Hechamos balones fuera de las canchas. No hay botitos abiertos a nuestro alrededor que produzcan sonidos.
Imaginemos por un momento todos esos botitos abriéndose a la vez... ¿Cuánto estruendo podría causar?
Principios y final
1. honestidad
2. humildad
Principos con "v":
1. valor
2. verdad
Principios con "s":
1.sinceridad
2.sabiduría
El arte se prodiga de principos, por el cual el hombre como ser está por encima del artista y lo humano es lo que verdadermente te llevará a ser el artista que tu humanidad te permita.
Formar personas, buenas personas... Para que existan buenos artistas.
¿La honestidad se ve recompensada? ¿O sólo vale lamer culo?
Friday, December 01, 2006
Manifest&Arte
2º. El arte por expres&arte
3º. El arte por penetr&arte
4º. El arte por accident&arte
5º. El arte por saci&arte
6º. El arte por suicid&arte
7º. El arte por el arte&ist
FUCK&ART
Thursday, November 30, 2006
Tuesday, November 28, 2006
Muelas del Juicio
Era se una vez... el pez que mordía su cola y siempre el mismo paisaje... entonces, un langostino le preguntó: ¿No te haces daño acaso, mordiéndote la cola? El pez respondió que no entendía la pregunta; el langostino siguió su camino. El cartílago si lo masticas bien, parece chicle ¡que entretenimiento!. Descendía a los abismos el pez muerdecolas... en su descenso se topó con una tortuga que le dijo: si continúas mordiéndote la cola, jamás podrás de nuevo ascender, a lo que el pez contestó que no llegaba a comprender a que se refería. Lo que era una cola de colores comenzaba a convertirse en raspa de pescado.
Más profundo, un león marino se acercó llamado por su curiosidad y se le quedó mirando, el pez seguía en sus 13s y en su declive mientras el león marino observaba, Se acercó un caballito de mar y sentenció: No están las cosas como para darles más vueltas... será mejor que nos dejemos de etiquetas. El pez seguía masticando. El caballito se fue y llegó un calamar que no tenía hambre pero no le gustó que el pez no se intimidase, entonces el calamar hizo ruido de clamar pero el pez seguía masticando impasible, sin prestar atención, mastica que mastica, mastica que mastica, el calamar preguntó a león marino qué le pasaba a pez que mordía su propia cola, león marino respondió que no iba con él, que le preguntara y calamar le preguntó. El pez contestó
que nada. Seguían bajando y comenzaba a caer la temperatura. Cuando las temperaturas se enfrían las enfermedades cobran vida, no hay penicilina, los resfriados más atentos.
El pez ya incordiado tras rato dijo a león marino: ¿Por qué me miras? Y león marino explicó: Porqué te muerdes la cola. Entonces el pez contestó: - Pues me la muerdo porque...- Y león marino interrumpió: - No te había preguntado por que te mordías la cola, solo te dije la razón de estar mirándote. El pez se enfadó por lo que león marino: ¿Por qué?. Tras un rato pez: Es mi pensamiento quien me dice. Él me conduce al vacío. Todos piensan, nadie escucha. ¿Quién es cerebral?. Todos saben, nadie sabe. ¿Quién es cerebral?. Todos entienden, nadie entiende. ¿Quién es cerebral?. Todo es búsqueda de la explicación y no hay explicación, aunque a veces debieran darlas para tomar conciencia de si mismos. ¿Quién es cerebral?. Si el granjero ve paja en el hojo ajeno. ¿Quien es cerebral?. Igual todos son demasiado inteligentes. ¿Repito la pregunta?. Da igual, es todo vacío y abismo y la curiosidad de qué habrá en esa oscuridad...
Monday, November 27, 2006
Prometeo Vs Hamlet
La tragedia unida a través del tiempo dónde el hombre es sólo hombre...
Dónde los géneros no importa. Dónde el sexo se excluye de la maldad...
Sin embargo, elevo a la mujer por encima de estos dos mitos y apareces: TÚ... Impasible y resuelta, aludiendo a las formas por encima del fondo. Iluminando la razón de quién no la tiene. Encendiendo fuegos y prendiendo hogueras... ¿Para deshacerte de las brujas? La maldad sofisticada tiene nombre propio, el que existía está derogado y arcaíco. Han eliminado la PerVERSidAd para poner tu nombre...
Sunday, November 26, 2006
Part 2
Saturday, November 25, 2006
Friday, November 24, 2006
Pajaritos flores y arcoiris...
la mierda en la que vives es la fantasía de un primate que explicaba cosas con ella
me da igual si quieres dejar tu sesera desparramada en el asfalto
no serán las hormigas las que se engorden con ella hipócrita
¿Para que coño buscas respuestas?
¿Qué harás con ellas si las encuentras?
... ... ... ... ... ... ... ... ...
Nada
¿O sí harás algo, Simple?
Envuelve tus recuerdos y tu conocimiento basura
en un cucurucho de letras ilustradas
y limpiate el culo que tienes caca bebé
Poesía de vanguardia para que tomes conciencia de ti mism@
Las calles son grises
también los cielos cuando hay tormentas
Me la soplan los tornados, como tornado rima con tormenta en rima interna
¿Quieres gritar?
¿Y qué?
la incomodidad reserva sus quehaceres en la limpieza del cerebelo...
Digitos inconclusos,
está curioso el Arte.
Monday, November 20, 2006
El Anticr&ist
cuestiones que ahora espantan a todos; poseer el valor de las cosas
prohibidas: es preciso estar predestinado al laberinto.
De esas soledades hay que hacer una experiencia. Tener nuevos oídos para una nueva
música; nuevos ojos para las cosas más lejanas:
nueva conciencia para verdades hasta ahora mudas, y la voluntad de la economía en grande
estilo; conservar las propias fuerzas y el propio entusiasmo; hay que
respetarse a sí mismo, amarse a sí mismo: absoluta libertad para
consigo mismo...
Sunday, November 19, 2006
Mundo corriente
Hoy no puedo ver a las trepadoras
Sin embargo,
Ellas si que me ven a mí,
Lógico, me digo
En este orden de libres realidades
Una trepadora es lo más cotidiano
Que puedes saludar por la mañana
Lo más corriente que aparezca
En tu ducha o tu cama
Y una buena conversación,
Casi siempre surge con una trepadora
A veces son ellas
las causantes de las ocurrencias,
Y otras, son las culpables
de las preocupaciones,
Muy típico, por su parte …
Hoy, como no puedo verlas,
escribo sobre ellas
Sobre ellas y sobre otras cuestiones,
Incluso, más reales.
Pues si abstraer es hablar
De lo que nadie se atreve a nombrar,
Yo sólo escribo
Ya abstraerán otros.
Que es muy fácil
ser rebelde escribiendo
Lo difícil es ser consecuente.
Que en la vida real, más de uno
Apesta cuando le cercenan
Su pequeño mundo
de protección oficial.
Entonces, los demás,
no menos cobardes aún,
Incluso sabiendo que
se ha cagado encima,
No hacemos nada
por reírnos de él en su cara
No le hacemos bromas incesantes
O lo expulsamos del mundo
No, nos da pena,
y vamos coleccionando
Incapaces
entre nuestros círculos de
Protección oficial, quizá
Porque intuimos que nosotros
También llevamos un incapaz
Dentro que no tardará en aparecer
Y así nos cubrimos unos a otros
Esto y mucho más lo saben ya
Las trepadoras,
Tuesday, November 14, 2006
Part 1
en un momento dado, mi voz se colapsa ( de puta madre, pienso, justo ahora) y una punzada me agarra desde la garganta, con un dolor agudo, pero soportable...respiro hondo y continúo hablando, pero para entonces, ya se han ido todos...sólo queda alguien atrás, sólo y extraño, pendiente de mí, con la sensación de hacer otra cosa...(hárá otra cosa, pienso) pero parece cada vez más interesarse por mi pequeño discursito, e incluso se va acercando hacia mí, con la mirada ausente, pero tanteando el acercamiento...yo pienso de todo, pero tampoco me dejo agobiar por un tipo raro, y menos en esta situación, donde al menos me juego el acabar mi mensaje.
El dolor se agrava...aparece algo primordial, novedoso y esclarecedor: La conciencia de enfermedad.
Todo gira bruscamente dentro de mí, pues si aparece esta pulsión, todo lo demás se va diluyendo vanamente...el tipo sigue ahí, a unos diez metros de mí, no sé que hace ni me interesa, menos ahora, que sé estar enfermo...¿o son cosas mías? Al fín y al cabo, puedo ponerme aprehensivo aquí arriba, a la vista, con la gente pendiente de mí...además, se han marchado todos, no ha interesado en absoluto nada de lo expuesto...podría ser una reacción al fracaso... aunque no me importara lo más mínimo...
Se agrava el dolor. Hace diez minutos que digo un texto de memoria mientras por dentro me parece morir...y la tierra no me traga...tengo pinchazos en la garganta, cómo púas o alfileres, pero puestos en pié, de arriba a abajo...haciéndo mucho daño..siento una meningitis cruel cómo meninas asesinas, cómo cuatro leonas de caza...no siente piedad de mí, y me destroza la garganta...mi voz es ya una sombra, mi cara debe ser todo un cuadro, y la situación...bueno, una mierda...
Sunday, November 12, 2006
Hambre de estructuras
Donde parece imposible dar más. Doy un paso evanescente casi, en el sustrato olvidado
Buscando los nutrientes más exóticos, la corriente mas recóndita. Mis raices
Pidiendo a gritos henchirse y resquebrajar el camino, sin remordimiento alguno,
Mis raices pidiendo a gritos rebentar.
poetatotal.
Como sin ganas tu presencia y te doy la espalda en esta estancia
Ya tu cuerpo fue enmancipado del delirio, ahora sólo queda la nada...
Paso de guerras por sí acaso
Paso de circustancias dadas
Paso de mentir a mi reflejo
Construyo el muro frente a ti
Y di adiós sin maldición...
Thursday, November 09, 2006
Mirror
Wednesday, November 08, 2006
Time lost
de tu cuerpo que se asienta en el vacío.
Raíz jugosa de la que,
bebo, fruto carnoso que deja paso a la visión del placer.
Placer al borde de ese abismo
que desemboca un tus profundidades.
Éter dulce,
veneno del que volvería a beber
hasta el infinito insaciable.
Hemos perdido el tiempo,
el tiempo que no descubrimos,
y que no hubo mientras la carne desnuda ardía,
y confundía la una con la otra.
hell`s cold
que se abrasan por el dolor,
y en el dolor grite tu nombre
que me atormenta en las noches de ausencia.
Vivo en la penumbra,
los pensamientos me asaltan
y no me deja sentir
Evado la mente con historias
que llenan mi alma, hasta embriagar el dolor
Resurge de las cenizas del gélido infierno
en el que conviertes mi sexo,
que apaga este fuego.
Broken
Mis pies se convierten en serpientes,
que manipulan la madera de mis brazos impenetrables,
que astillan tus caricias.
Con el cuero negro en mi rostro,
del dulce y frío metal que cierra mis ojos
al veneno que destruye mi ser.
Infierno sexual que calibran las venas,
al latir el torrente sanguíneo que desemboca en tu vientre.
Moon troughts a bulls-eye-window
Tuesday, November 07, 2006
Swansong´s
Retomo la partida
Con intento de volver a perder…
Y pierdo, con la dignidad del imbécil…
Al menos tengo dignidad y ésta no se pierde.
Con actitud y no con menos acritud,
eres capaz de despedir con dolor
Con una canción de odio al latido más que perdido…
Un tono, dos tonos, sonando… Llamando: Te dejo…
Vale, sin remedio, al tono sonoro.
¡Cállate! Gritoooo dentro,
fuera digo: ¡háblame…!
No puedo más… No creo en el creer de tu palabra
Tu palabra fue un juego de la oca
Y ahora soy yo quién tira por que le toca…
Más no me llames,
Más no sin ruegos y sin juegos.
Más te importa una mierda…
Y si siento o no, te importa un…
Dejemos las rimas para los supremos del verso
Entre los que no me encuentro…
Los poderosos de la palabra estudian para ello
Arruina tu técnica ausente de talento
Manipula la palabra sin sentimiento,
Fantasías infantiles que prodigas con esmero,
Mientras recorro mi cuarto escuchando letras
Que alguna vez te dedique en sueños.
Interrumpe mis sueños con tu voz!! Ja!!
Pasa a la pesadilla del rencor de graznidos de pato
Que no de cisnes, demasiado romántico para el último canto…
Monday, November 06, 2006
Violando el Monopoly
yo soy un poco saco, que no sapo,
que también...
Me golpeo intensamente...
pero no duele, ya...
cómo sapo salto alto,
cómo rana, no...
sin ganas...
como saco escupo y sudo
efervescente y amínico
rezumo a escoria
desgaste anímico...
como rana ando por ahí,
pregunto algo, opino
a veces bien, a veces mal..
me pongo contento si llueve,
si surgen charcas...
como sapo no.
Como sapo aspiro:
a la desobediencia,
pero no la consigo
sólo obtengo ser,
mitad sapo, mitad gusano,
pero muy digno...
como sapo contesto mal,
apenas mejor que mi apariencia,
como sapo muerdo y gruño
y también creo que jiño...
cómo sapo soy más feliz
después de las lluvias,
en el lodo,
que a veces bien,
otras, lo jode todo..
como saco soy un puto.
vacio peor que lleno de retales.
de ropa sucia
de arena de gato...
A veces también...
soy un poco arena de gato...
Alegoría
Decían…
Así que paró
Y entonces todo quedó inmóvil
Y aunque todos deseaban moverse, nadie podía.
Y pasó el tiempo.
Y todos miraban de un lado a otro.
Sin moverse.
Parecían tumbonas de playa en invierno.
Objetos inútiles denostados.
Regalos poco acertados en días equivocados
Visitas inoportunas o tuppers en la nevera.
Y todos miraban de soslayo
Todos comenzaban a olvidar
Qué eran, primero,
Luego quienes eran cada uno
Luego que qué hacían
Por último olvidaron sus sueños,
Y lo que fue peor,
Sus sueños los olvidaron a ellos.
Incluso las trepadoras pasaban de largo,
Evitaban a esos seres inertes en medio
De su entorno.
Sólo una tumbadera aparecía
de vez en cuando para llevarse alguno de ellos,
y todos comenzaban a temer por esto
pero no tardó en aparecer quién se alegrara
por que se ponía fin al tedio.
Entre tanto, ya nadie se acordaba de nada.
Así que vivían el momento,
Cada cierto tiempo, pasaba una trepadora,
Perdida, pues ellos ya no les llamaban la atención
Y entonces ellos, que sólo podían ver ya vagamente,
Decían haber creído ver tal o cual cosa,
Y así tenían para divagar un tiempo,
Hasta que el último teórico callaba
Y volvía el silencio de la nada
Y el ruido de las tripas, hambrientas e incapaces,
De estos seres ahora monstruosos,
Y en otras ocasiones, el movimiento de una tumbadera
Daba de qué hablar, y daba para muchas teorías…
De hecho, disfrutaban vorazmente
con la elucubración mental,
pues aunque mohoso y reseco,
aún era el cerebro el único músculo
que podían mover con libertad.
Pasó muchísimo más tiempo,
y por allí no paso nada
no volvieron las trepadoras,
ya sabían que allí no había nada para ellas
e incluso las tumbaderas se olvidaban de pasar,
y cada vez su visita fue siendo más rara,
hasta que no se las volvió a ver
o a sentir
La vegetación ya cubría sus cuerpos,
Y apenas emitían sonido alguno,
No podían casi articular nada,
Pues hacía tiempo que no tenían de que hablar,
Ya nada pasaba, y no tenían ya pasado ni recuerdos
Apenas unos orificios en los ojos,
pues seguían moviendo las pupilas,
pero poco más…
Y pasó más tiempo…
entonces, un día, una nota apareció en el aire
y trajo consigo un recuerdo, y un olor
y cada sensación despertó
a uno de los que allí se encontraban casi-latentes
y cada uno emuló una palabra
y con las palabras construyeron
una frase, un poco ramplona y forzada, si,
pero una frase, al fin y al cabo, y esta frase, además
tenía su propio significado, que fue la llave de todo.
La frase, no la recuerda nadie,
Pero el significado era el movimiento,
Y partir de ahí ni ellos ni
Sus hambrientas reflexiones pararon de moverse
Incluso, entretenidos, olvidaron que habían permanecido
Eones inmóviles
Y olvidaron a las ya olvidadas trepadoras,
y tumbaderas, y se dedicaron a moverse,
a moverse mucho y emitir muchas frases y palabras.
Solo las trepadoras, que ahora observaban ocultas y curiosas,
Sabían el terrible secreto de la verdad que la distancia da:
En realidad, seguían inmóviles, mudos, ausentes…
Sólo de vez en cuando
una tumbadera aparecía
camuflada de otra cosa,
para dar sentido a sus vidas…
Santo paseo
Por eso llevo mis cuerdas al cuello
Cuelgan, como yo,
Suspendido entre vida y muerte
Entre verdad y ficción
He salido rubio, siempre salgo moreno.
He entrado seco, aunque llovía.
El pavimento estaba mojado, casi me caía,
No me pidas que pueda andar y respirar a la vez,
Me moriría.
Recorro tres, cuatro visiones, hasta escalar sobre seguro
Llego a un saliente en la roca donde vivo,
Me siento seguro, no hay predadores cerca,
Pero llevo mis talismanes…
Por eso debiera esbozar una sonrisa…
Y lo hago, tiempo después.
Llego a una cueva cercana en una roca, en realidad,
Está en mi misma montaña, es la cueva de las provisiones etéreas
Es difícil de explicar.
En ella se materializan ideas de trabajo y sacrificio, sudor,
O simple posesión desinteresada de gran interés…
Hay quien tiene, y entonces se le materializan, y hay quien no
A mi normalmente, no me veréis por esa cueva
Ni por esa, ni por muchas otras de libre intercambio…
Sin embargo, acudí a ella,
a ver si se había recogido una cosecha del verano
a ver si la convertía en algo útil,
algo, por ejemplo, que le permitiera a mi voz
y a la de mi oyente cruzar grandes distancias…
un objeto brujo, en definitiva…
Entonces vi a tres mujeres atrapadas en una máquina
No las ayudé
Apenas creo en la existencia remota de esos aparatos
No podía concebir a esas personas luchando
Contra las máquinas, con ayuda de más máquinas…
Está claro que no era mi lucha.
Las miré, les deseé buena suerte mentalmente
Y ellas me desearon vete a la mierda mentalmente,
Así que íntegro, victorioso sobre la máquina y libre,
Anduve de nuevo el recodo hasta mi cueva común,
donde mi estancia vacía (A.K.A. the room) me esperaba
para convertirme de nuevo en lobo con piel de cordero.
IRU vs. Los Ataudes No Se Labran: Poetry #1
¡que pena!; tú te lo pierdes
es igual a la tercera silueta de las montañas
en un atardecer subtropical
¿Has visto alguna vez a un escultor de ochenta años
quitándole lo que le sobra
a un bloke de piedra más grande que él?,
tú te lo pierdes, se aprende lo básico viendo cosas como estas.
¿Has visto alguna vez como se corta la coca y se le vende
a los estúpidos medio gramo por uno?
tú te lo pierdes
quizas nunca sepas como funciona nuestro mundo.
Ni te imaginarías cómo se libra uno
de una camisa de fuerza diseñada en el dos mil seis
repleta de arneses y hebillas.
¿Has visto alguna vez
como el viejo legionario retirado
le pone el motor de un porche a un escarabajo,
peor para ti
tú te lo pierdes
¿Nunca te has sentado tranquilamente
en medio de la calle de las putas
a ver realmente como es su vida?. Ni te lo imaginas.
Pourquoi
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Cyrulink. Personal Opinion.
Boris Cyrulink, relata un hecho de su infancia en la Francia dominada por la Alemania Nazi. Hoy sesenta años después, hace una reflexión sobre la naturaleza humana del hombre.
Era solo un niño cuando ante sus ojos el mundo que le rodeaba dominado por el terror, por las ideologías de supremacía y de sometimiento, un soldado le dijo que podría ser un futuro enemigo social. Fue consciente hasta el punto de asumir que realmente podría ser un riesgo social y aceptar su “muerte preventiva”. Podríamos considerar de la misma índole “las guerras por si acaso”. Un ejemplo hoy en día de un “ángel exterminador” podría considerarse a Bush y su afán de salvar al mundo de sus fantasmas.
Ese es el sentimiento que vio Cyrulink en ese soldado, ese sentimiento de ángel exterminador. Después de las atrocidades cometidas este soldado, no sentía culpabilidad, debido al que él solamente cumplía una orden, “La sumisión suprime el sentido de responsabilidad en la mente que mata (...)”. Obedecer es un sentimiento de derrota, porque te sometes a una orden, estés o no estés de acuerdo con ella no eres dueño de esa decisión.
“Cuando el alma de un grupo, un dios, un semidiós, un jefe o un filósofo, propone un maravilloso proyecto de depuración, la persona obediente que acata la orden, participa en un crimen contra la humanidad, paradójicamente en nombre de esa misma humanidad”. Es el hecho del hombre de sentirse refugiado y reafirmado, sus ideas por una masa o por alguien superior, que nos haga sentir que nuestros principios valores y pensamientos se ven reforzados. El hombre sólo frente a sí mismo, no es capaz de reafirmarse o soportarse. En grupo o en el reflejo de alguien al que admire o le iguale para no sentir su propio “yo” aislado respaldado por el “nosotros”. Es la eterna pregunta que se nos plantea ¿Podrá el hombre, llegar a ser un individuo por sí mismo?
Sin embargo Cyrulink , nos muestra esa contradicción, esa eterna contradicción humana de la aceptación, que él llegó a comprender con sólo seis años con la reflexión de que lo que gobierna un grupo no se corresponde siempre con lo que gobierna a los individuos que componen ese grupo. Llega a la conclusión, al ver a ese soldado que al mismo tiempo es capaz de matar y golpear a otros niños, siente la necesidad de compartir sus sentimientos de soledad y de añoranza hacia su familia al recordarle a su hijo. Ahí la contradicción del ser humano. De ser seres complejos.
“Cuando Francia fue liberada, De Gaulle fue acogido en el Grand Hotel de Burdeos. Me pidieron que le ofreciera un ramo de flores y así lo hice. Por la noche, un miliciano se infiltró en el hotel para asesinar al General. El hombre fue capturado y lentamente linchado (...) y murió. Fue muerto por mis liberadores, hombres que yo admiraba. Aquel día hube de comprender que la ambivalencia se halla en el corazón de la condición humana y que la venganza también es una sumisión del pasado.” La reflexión final de este párrafo de Cyrulink es sin duda, la muestra de comprender la esencia humana, de ver al hombre en toda su complejidad. Sin duda la venganza, el rencor son sentimientos, que no nos dejan ser libres que nos atan a un hecho sin superar, somos esclavos de nuestro propio “yo”.
Cyrulink, concluye con la idea de que para someter a un pueblo a través de un ser supremo, es necesario que se divulgue una ideología que refugie a individuos desprovistos de su “yo” acurrucados en el “nosotros”. Preguntándonos finalmente si sólo los nazis funcionan así y nos invita a la reflexión del propio análisis de nuestra sociedad, y del propio individuo.
Sunday, November 05, 2006
Automatic Writer
Vuelves de nuevo, de nuevo estas quise un porcentaje de tu rostro al ver tus ojos. Sin fortuna azul, sin gafas que oculten el verdadero color de la verdad. Los montajes y las grandes funciones perjudican a los qué están alrededor, lila, lila transparente como un ratón con los ojos parpadeando en amarillo y rojo. Los colores estallan por la habitación, los colores en forma de espiral, en espiral, espiral de muerte estrangulada por la psicosis de volver a tener que recoger todo el caos de las teorías que aplastan a los arquitectos. En África también hay ciudades, con piedras construidas a su antojo, sin antes pensar que hubieron los colores en espirales, como cintas con cintas estaba todas rodeadas de cintas y cordones. Conocer a Mateo, que se balanceó en el columpio en tu ausencia. Cigarros humo que no aspiro qué respiro, respiro, sin a sentido a las cenizas las aparto. Quiero convertirme en ceniza en ceniza sin parar a un ceni-zero, las olas me llevaran en alguna botella como si fuera un mensaje de muerte para alguien. Las urnas se exponen, las vitroceramicas calientan los cerebros, a costa de saber que algo más te falta en la vida, como la publicidad que te sublimina a subliminar, mar otra vez mar. Apareces azul como la fortuna que enciende los secretos de las habitaciones a oscuras. De los baños de las discotecas cuando todos se marchan vuelve a parecer la verdadera mascarada. Adagios suenan adagios en mi cabeza, con o sin acento ingles si escribes da igual por que se lee igual. Si te oyes no podrán perdurar sobre el papel que te atormenta cuando se enfrenta a ti en blanco y nace el despecho. Entonces sin rencores, pero con poco pecho, me golpeo a tu despecho. Volviste en estos puntos suspensivos, Guarda la lengua que quieras para los lenguajes de la razón, que yo con mi corazón simplemente escribo sin razón. Sin razón la sin razón, zon son, son del mar que vuelve a mi azul como la fortuna. Como mis ojos que resplandecen sorbiendo sesos, follando mentes, saboreando sentidos, queriendo aspirar la vida en más de un instante, volver a quererte, quererme contigo. Romper las olas en la oscuridad bailando con las sombras, en tu venta a oscuras, de sentimientos la F se confunde con la t que se aposenta sobre una Y que roza a la T solo para Ahyentar los miedos que te produce verme teclear. Tocan a la puerta interrumpen las acciones dadas, por la vida sin mentiras, arriesgando sin más, sin plantear nada más que la tortura de no alcanzarte. Por encimas estás, estas tas, taso, aso tus manos, anos maltrechos, poco estrechos qué se desgarran por conseguir la cima de la montaña. Las cimas las altas cimas, esas cimas enzimas, debajo, células, protozoos en el zoo, bacterias en tu lengua. Lengua, saltarina donde las papilas gustativas han perdido el gusto por tus velas, dónde ahora la cera ya no quema y la seda sigue siendo rota por las espadas. Espaldas contra espalada miramos hacia un futuro pluscuamperfecto, paso de los tiempos verbales. Esos eran otros tiempos dónde los verbos adquirían el sentido negativo qué a la par construían las temporalidades atmosféricas, de las aceras mojadas, que nunca mojaran las espaldas, en las alambradas rosas, por lo matrimonios perfectos, en esta política atípica dónde los edificios se construyen siempre por abajo, pensando qué los cimientos son la base de la estabilidad, ayyyyyyyy! Buscar un equilibrio inexistente en tu consciente, sigue buscando... por qué aquí no hay más qué palabras suspendidas, en atributo a tu abrupto sentido del olfato que todo lo observa pero nada lo cuenta... Sigo esperando que me digas que algún día sentiste más que la nada por mi. Tampoco es necesario mentir o si? Miente si quieres... No sé qué más ahora ya sólo la inercia me lleva a la construcción de palabras algo dicta no se que es las faltas asaltan, los errores se comente, se meten en mente, así sin más, acentuado por supuesto, sólo si es solamente, sola sin por qué estas sola sin acento sola, simplemente sola...
I don´t Know Why?
Por qué todo el mundo logra ser feliz. Qué pasa que nadie tiene el sentido común de desperezarse el alma cuando tu encuentras a tu Yo. Tu acompañas a las amigas a que vean y consigan a sus hombres. Tu acompañas a los amigos a que vean y consigan a sus hombres. Quién te acompaña a que veas y consigas a tus mujeres... Quizá esa sea la diferencia. Quizá la vida no depara el sentido de la estética.
Catástrofes de genialidad. En un cuarto donde una mujer no aspira más que a aspirar su aire. Una mujer qué nunca decidió serlo, simplemente fue. Le tocó, le tocó el alma. En los pezones no reforzara la máscara.
Decid de mí
Escucharlas voces que atormentan en el alma, el grito con lo que pensaís.
¡No me importa!
Decid de mi lo que queraís,
Como yo vuelo de cama en cama buscando los placeres, los orgasmos
Y las bajas pasiones que desprecias.
Decid de mi lo que queraís
Porque por fin soy “yo” de quien hablaís.
Acrósticos y algunas musas
Ondas expansivas, bombardeos... Auscultar un desierto.
Insignificancia de una pequeña gota de agua golpeando el esternón de la ciudad. Dormitar el tímpano con los yunques y martillos.
Oscilar el péndulo de un reloj, que nunca está en hora.
2.
Omnipresencia de tus caricias sutiles.
Impacto soberbio de tus palabras resbaladizas.
Dignidad marchita de susurros.
Omitir la verdad de tu reflejo.
3.
Obcecación, desesperación, angustia en tu abrupto silencio.
Indagar sibilinamente, hasta desafiarte, que no puedas sino gritar.
Dictar al subconsciente, someterte a mis sentidos.
Ornamento suficiente para enmascararte.
4.
Oclusivas, arrastrándose, suplicando clemencia..., las palabras.
Imaginar como huyen tus labios.
Deterioro exhaustivo de este órgano, dónde te aguarda un pabellón, sólo para tus labios.
Oval como una ventana, líquidos metalizados llenos de energía me invaden.
5.
Ahogar el llanto, espasmos. Golpes, corretean sin cesar. Ahuyentar el miedo. Rechinan mis dientes. Piernas como cuchillas afiladas, que se rozan. En medio tu sexo, en silencio mi respiración.
6.
Vértigo sinuoso, latir, latidos retumban, desespero... Sudores fríos, rasgar la seda. Violines chirriando un Réquiem. Orquesta desacompasada del corazón. Suavemente silba el viento. Zumbidos de abejas incesantes y pendencieras. En medio de esta caída, sólo me queda... silencio.
III
Acercarse al abismo de sus pensamientos,
procurando jugar con ellos,
utilizando las palabras como la última posibilidad para sus besos.
Enjauló siempre el verdadero deseo de romper con sus miedos.
Se oyeron gritos de dolor, arrastraron por sus cuerpos su deseo oculto.
Abrió la jaula de los miedos cuando dejo que le arrancara el placer.
II
Derritiéndose los cuerpos, convirtiéndose en mercurio,
se funden en un abrazo como esqueletos nocturnos.
La luz abordó sus ojos orbitó en su alma, su infierno entendió el sentimiento.
En el vértice del monte supiste escalar y perdió el rumbo del norte,
concentró su temor,
abrió las sendas de la tentación.
¿Quién compuso las sombras, que adornaron la noche?
¿Quién hizo saltar las aguas del río?
¿Por qué no supe jugar a olvidarte?
Huir, escapar al final del calidoscopio,
ahí donde nace mi realidad.
I
Tengo miedo en el alma,
brota el escalofrío en mi mente,
apuro el sacrificio, explotan las ideas,
soy un laberinto de sensaciones. Esto se acaba...
Espiral que brota del alma,
sacrificios del espíritu,
instrumento referido que estropea mi silencio.
Me asalta la tristeza,
bebo mis lágrimas, como bebí de tu vientre.
Mi aire corta el frío, mi corazón golpea mis pechos.
Te veo, te veo... estremezco, me tocas y enloquezco.
Yace un cuerpo a tu lado, queriendo que sea cuando ya no es.
Clan/es
Te explicó: cómo en un clan, se hacen señales que no entiendo, sólo los de su especie. En mi especie me refugio, mi clan me entiende. Estoy fuera.
Entro en el mismo sitio de siempre, buscándola.
Al fondo en la misma esquina del local, la misma mujer, la misma silueta pendenciera. El mismo diablo que me mira desafiante, pidiendo mi redención. Ah! Si pudiera alcanzarte, aunque sólo fuese en los segundos del placer. Rozar a penas tus labios, rozar de forma que nada de lo que está a tu alrededor se inmutase. Merodear con esa ansia felina, marcando el terreno, sin que pudieras salir.
Siempre quise saber... saber..., saber qué estabas en silencio.
Cuando el silencio crece, crece de manera que la angustia no para de asomar.
Razón de más, para meterse dentro, para no salir. Aunque los ácidos te lo impidan, aunque recorran mi esófago, mis encías se quemen, mis dientes se debiliten y expulse la bilis a través de la boca que me da el placer.
Las noches, las ausencias... La mentira que debilita a los sentidos. Absorta en tu realidad, callada como siempre. Espero un respuesta, cuando me acerco a ti. Por otro lado, sigue jugando.
No quería darme cuenta, no quería ser consciente de la imposibilidad de adentrarme, dentro de esa sociedad, de ese clan. Al principio todo era fácil. Es decir, lo de siempre, conocer, hablar, entablar un vínculo, un nexo.
En medio de la pista, bebiendo, sintiendo el calor de los cuerpos. Las gotas de sudor que se deslizan por la piel, sientes como caen. Son como pequeños escalofríos, en eso se convierten las gotas. En escalofríos, los notas por la espalda, por la frente, en medio de los pechos, por debajo de tu vientre. Pequeñas descargas que incitan al placer del sexo. Desde ahí te observo, y aunque no lo digas, yo también sé que me observas. A veces siento tus ojos clavados en mí. Es imposible no sentirlos, es imposible no verlos...
Voy al baño, a refrescarme, a calmar la corriente. En ese momento suena Gotan Project. Son los tangueros del siglo XXI. Su bandoneón son las mesas de mezcla.
Me acerco de nuevo a la pista, cierro los ojos, entre sueño y realidad presa del alcohol, mis delirios me llevan imaginarte entre mis brazos con la pista desierta en medio, bailando ese nuevo tango... El tango es el canto del dolor, la añoranza, es el fado portugués, el cante hondo de los gitanos. Es el lamento del amor...
Me mareo, siento un vahído, pero al mismo tiempo soy consciente. No puedo manejar mi cuerpo, es como si por sí solo decidiese hacia dónde va. Mientras soy consciente de que caigo. Paroxismos. Paroxismos los que sufro en tu presencia, en tu ausencia.
Siento frío, mis ojos se entreabren poco a poco, mis párpados resbalan por el cristalino viscoso. El lagrimal, suelta a su presa, que resbala por mi mejilla. Consigo despertar del todo... No puedo moverme. Mis pupilas se dilatan para vislumbrar una cúpula abierta. Como en un plano de picado giratorio, la luz penetra en mis ojos. Es como si me hubiese teletransportado a través del vahído a otro lugar más allá de tú pendenciera y endemoniada figura de femme fatal.
No quiero seguir aquí, en este círculo vicioso. En esta maraña de emociones, tejiendo telarañas de rencor resabiado. Con sólo parpadear puedo viajar a través de cada centímetro de tu piel. Pero sólo deseo penetrar en tus ojos. En los ojos de ese felino que nos domina.
Pantera desahuciada, exiliada de su propia tierra.
Hace tiempo que deje de entender el por qué de las cosas. Pero nunca consigo dejar de preguntarme.
Llego a casa, a nuestra casa, después de horas sin saber dónde he estado. Mi cuerpo tiene marcas, quemaduras de cera –no consigo una explicación, pero tampoco le doy importancia- restos de un líquido viscoso casi transparente en mi falda, no dudo que podría ser el flujo interno de un cuerpo, pero no huele a hombre. Me meto en la ducha. Mi cabeza da vueltas. Es un plato ducha, no hay más espacio que para mi cuerpo. El grifo está introducido en su hueco en la pared. Las paredes son azules, azul marino –como tus ojos, no puedo sacarlos de mi cabeza- envueltos en blanco, con alguna ráfaga de dorado. El agua cae de forma torrencial, regulo su temperatura.
Con las manos apoyadas en la pared, de espaldas al agua que cae, y la cabeza hundida entre mis brazos, levanto la cabeza y la giro hasta ponerme de frente al torrente de agua. Siento el agua en mi cara. Deslizo mi espalda por la pared de la ducha hasta caer al suelo. Recojo mis rodillas, las aprieto fuerte contra mi pecho.
No sabría describir exactamente como era estar en la placenta de mi madre. Desconozco la etimología de la palabra placenta, pero me sugiere placer. Puede ser la raíz del placer... En posición fetal, acostada en la ducha, cae el agua en todo mi cuerpo. Las gotas golpean, me golpean. Observo mi mano, la levanto hacia al agua, quiero atrapar el agua, pero se escapa, se desvanece.
Admiro como es de huidiza el agua, juega conmigo, corretea haciendo pequeñas cataratas. Pero apenas intercedes en su camino, sabe dividirse. Abro y cierro el grifo de forma intermitente apenas cierro se seca enseguida, no son como las lágrimas o el sudor de tu piel que se quedan impregnadas en mí... Aunque seas tu quién huyas.
Doy tumbos por el infinito pasillo de la casa, aquella que fue nuestra casa. Sigo sin recordar dónde he estado... Todo se agolpa, todos mis pensamientos sin sentido, como un poema dada. Vienen las palabras solas, y se construyen frases sin sentido pero con un nexo común, como pasa en las familias, en las sociedades y en esos clanes. Corren despiadadas, como cuando pulsas las teclas del ordenador y van saliendo unas detrás de las otras. Resuenan, retumban, zumban en mi cabeza..., las escucho:
“Extraño la inteligencia de la verdad escondida en tus entrañas. Rápido como se desliza el hielo, vacila mi incertidumbre alrededor de los miedos. Kamikaze, sin pensar en más que en ti. Retirar la mitad de los sueños. Omitir la verdad. Morder el deseo. Intensidad de los miedos. Caricaturizar el dolor. Ostentar lo imposible, recordando con impaciencia. Tanto hoy como ayer. Nunca ser como Kafka. Siempre siendo tu. Redención de tus ausencias. Mirar atrás inventando el futuro. Elipsis de mis deseos. Lástima del placer de tus besos, impaciencia por saborearte, saber que estas o no. Alquimia impaciente. Oscuridad. Gente indecisa tocan el origen, esperando las ganas. Oscilan sin un movimiento hacia el placer. Que el silencio pague... Ungir tu alma. Esperar..., nada. Te extraño. Dormir en tu pecho. Noches de estupor.
Me siento enclaustrada. Absorta en tus ojos, busco a la pantera en la oscuridad. Usurpo tu alma. Recorro tu cuerpo, pero todo cambia. Sola. Oscuridad, dos focos de un alma. La carretera húmeda. Asfalto desahuciado. Respirando. Besar tu sexo. Incitarte a la muerte”.
Paran, de nuevo el vacío... Me duermo...
Nada ha sido como he querido. A veces el deseo de no pertenecer a este mundo, de crecer donde no debí crecer. Sin embargo no me arrepiento de la vida que he vivido. Soy lo que soy y he conseguido ser quien soy gracias a lo vivido. Miro a mi familia y siento no pertenecer a esta familia, no hay ese vínculo. Ese vínculo que conseguí contigo en apenas dos horas. Miro a mi madre y siento rabia de haber nacido de su ser –pero no de haber estado en su placenta, por qué no lo recuerdo. Eso debió ser placer- y veo a mi padre y odio lo que podría haber sido. Quizás el placer, debe ser el olvido.
Despierto... Con la boca reseca, absorbo, aspiro, engullo el agua. Buuf!! La resaca, ha hecho estragos en mi cabeza – no provoca el olvido el beber. La resaca te lo recuerda- lo más curioso, es que existen lagunas de largas horas sin saber que me ocurrió.
Da igual...
El círculo no se cierra y todo sigue igual, que más da…
La respiración no importa sino va al son de tu ritmo…
Si, calma, respira, dos pasos atrás, no más.
Y la Venus sin manos sigue tocando…
Y sin libertad, ni pueblo yo me marche con otro barco…
Rodearte, te…
Sumar más de lo que debo…
Al biorritmo de tu recuerdo no olvido.
¿Y qué me regalas?
Un pez de color en honor a mi memoria.
Y sin embargo te quiero, mejor me embargo en tu veneno…
Que no, de verdad que ponle fin a lo María Jiménez y di que se acabó,
por qué tú te lo propusiste, no yo.
No hay más…
Otro delirio sin grandeza, otro remedio sin enmiendo…
¿Y entonces? ¿Bukowski o Woolf?
Me da igual me quedo con Plath, a medias sin meditar…
Rompamos las barreras.
De qué barreras.
Ponle miedo al silencio, verás como no duele.
Otra vez y no suena, otra llamada sin respuesta.
¡Cállate! deja de limpiar las sobras de este polvo
que no se agarra a tu maldita cintura,
que me descoloca en el metro del centímetro que mata…
Me ahogo…,
dentro de una hora dices llamas,
dentro de cinco minutos enciendes…
Y ni enciendes, ni llamas.
No sé qué es más duro cinco minutos en soledad o una hora en compañía esperando. Ruega al ruego del veneno de tu piel.
Me marche con excusas de otro ritmo,
pero bebía mal del tuyo…
Princesa sin escarcha,
soñadora sin banda sonora,
trajes de raso y brocados,
cubre trajes de heridas fundidas con miel.
Mis besos no te sirvieron con mesura.
Da igual…
Cangrejos blancos
Frente a mi espectro, sólo puedo reír y saciar el rencor de mis corridas nocturnas recordando los cuerpos sudando. Frente a mi espectro, mi jodido espectro, al que suicidaría con cicuta. Masturbado deseo sin saciar el orgasmo. Rompe el cristalino de los párpados sangrando lágrimas. Tembloroso tartamudeo del perdón. El silencio afila sus cuchillas. Respirando..., ansiedad. Las paredes y los techos corren hacia mi cuerpo a gran velocidad hasta aplastarme en torno al vacío, oscuro remolino del miedo.
Súbito delirium tremens, que arranca con toda mi cordura saturada de felicidad.
Saborear el placer de descubrir la verdad del dolor, como en una pantalla de cine.
Los cangrejos blancos me suben por los pies mordisqueando las venas, penetrando en mi sexo, escalando el útero hasta las Trompas de Falopio, donde se anidan. Se multiplican en mis entrañas, perforando los pulmones y rumiando el corazón escarban en mi garganta, mientras en el último momento de conciencia, siento como perforan mi cerebro, diluyéndolo, haciéndolo puré.
Tomando decisiones resbala el paladar.
Siento las punzadas en mi piel en medio del profundo sueño. Las voces son lejanas. El olor de la tierra mojada logra alcanzar mi olfato. Me paro y escucho... . Los pies se entierran en esa tierra, no lo tengo claro. Soy incapaz, no distingo entre los pies y las ruedas de los coches. Vuelvo a callar...
Ahora no se muy bien que es, parecen pequeños gatitos acabados de nacer viendo el despertar, pero son sollozos. Sollozos no, son profundos lamentos, lamentos de niños. ¿Por qué se puede lamentar un niño? Me estremecen, tiemblo. Son lamentos de niños, lamentos oscuros y desgarradores. Eso si logro diferenciarlo de un gato, pero soy incapaz de hacerlo con las ruedas y los pies, jamás lograría saber quién pisa la tierra húmeda. Sin embargo, ese lamento es inconfundible. Me recuerda a cuando era pequeña y jugaba en medio del prado en otoño, cerca del prado había una cabaña, dónde nacían gatitos. El otoño, el otoño revestía los días en el prado. Para mí, los días eran anaranjados, llenos de luz por el sol otoñal, que te roza levemente las mejillas, haciéndote sonreír, pero jamás llegó a quemar. Eso no era quemar. Mi padre encendía cigarrillos con esa luz y ese color de los días de mi otoño. Los cigarrillos si quemaban, son como las punzadas en la piel en medio del profundo sueño, que provocan lamentos, lamentos de una niña.
A mi me encantaba el prado. Salía corriendo de mi casa, con Dana. Dana era mi muñeca, era mi pelirroja. Era de fina porcelana blanca, con el cuerpo de trapito, lleno de goma espuma. Esa goma espuma que cuando la abrazas te da calor y sientes que agarrada a ella no te va a pasar nada. Así era Dana. Segura me sentía en sus manos. Lo que más me gustaba de Dana era su pelo. “Pelirroja Dana” le llamaba yo.
A mi “Pelirroja Dana”, le gustaba que saliésemos al prado, y nos encantaba girar cogidas de las manos. Girar y girar, y no parar de girar con los ojos cerrados, bueno no, entreabiertos era mucho mejor, llegaban pequeños destellos a tus ojos y parecían pasar a modo de fotogramas. Era hermoso ver a Dana así. A Dana, esa era la única manera de hacerle abrir los ojos y de que me hablara. Sólo cuando girábamos y girábamos, era capaz de hablar y de mirarme. En esos momentos éramos felices, sobretodo yo, por fin mi Dana, mi Pelirroja Dana, me miraba y decía: Te quiero.
Ahora despierto del profundo sueño, pero no se dónde estoy, es una sensación de desierto. Me paso las manos frías por los ojos. Ya no hay cangrejos blancos y tampoco otoño. Pero el dolor sigue, y las pulsaciones se aceleran. Cada latido estalla contra el pecho (pum, pum, pum,...). Me quedo sin aire. Me incorporo para recuperarme y poder respirar. Siento un poco de calma, cuando descubro y reconozco mi habitación. Miro a todos los lados, - ¿es mi habitación? – me pregunto. Siento que estoy en ella, pero no es la misma esta vacía. No hay nada. No hay YO. Hago un barrido desesperado con la mirada, para lograr encajar dónde de estoy. El pulso vuelve acelerarse, la respiración se agita y se entrecorta.
Suspiro, sonrió, me río (jajajaja). Veo a Dana. Me calmo. Le digo hola a mi linda pelirroja. Lentamente, ya calmada me levanto de la cama. Intento andar hacia Dana, pero estoy paralizada. Se hace el silencio. Llamo a mi Dana, pero no puedo articular palabra. Grito, pero no me sale la voz. Siento como vuelve a subir ese reflujo hasta mi garganta. Todo vuelve a girar, y a girar, pienso - ¿te acuerdas, Dana? –, cada vez más rápido, y más, y más rápido jajajajaj todo gira. Pero no has abierto los ojos esta vez, ni me has dicho nada. Todo sigue girando. Grito ahogado de - ¡Basta!. Dana, ¿escuchas eso? (Réquiem). Creo que es música, esta lejos como las pisadas, como los lamentos. Se para, ya no gira, ya no habla. Suspiro, respiro.
Paralizada sin poder moverme. Todo esta vacío. Yo estoy desnuda. La habitación es mía, pero no la reconozco. Es fría, blanca, con grandes ventanales y cortinas blancas. Sí, seguro que es mía. Hace frío, pero no siento el frío. Es noche cerrada, donde los azules penetran por los ventanales. Vuelve el silencio. Nada se mueve, la materia esta muerta. Existe el vacío, la nada, estoy en él/ella. Son eternos minutos de la más pura nada.
Tan lejos como la música, los lamentos y las pisadas, se oye un pequeño silbidito. Casi sibilino, que se arrastra como una serpiente por el aire, que se envuelve en el viento y golpea en mis ventanales, una y otra vez hasta que los rompe vaciando la nada. Arrasando con el vacío. Elevando mis cortinas hasta el techo, dejando que los azules de la noche quebrantan el parqué. La calma deja respirar a mis ventanas...
He despertado muchas veces en esta habitación, y en otras. Pero la sensación nunca fue tan desoladora, incluyendo aquellas noches en las que no despertaba en mi cama. Sí, es cierto que siempre había una angustia en esas barcas de paso. Donde Caronte me rondaba las noches. Esa angustia que elevaba mi adrenalina. Los azules de la noche, el frío azul nunca me dio tanta calidez. Recuerdo cuando desperté por primera vez en unos brazos que no eran los de Dana. Todo era azul, pero los colores del otoño habían quemado mi piel, mi cuerpecito de niña, había sido perturbado por las manos que encendían cigarrillos. Salgo a jugar con Dana. Dana, nunca me acarició, aunque yo lo deseaba.
Vuelve el frío, una sensación pastosa en mi boca. Mastico, muerdo mi lengua a ver si se pasa. Cada vez la humedad de la tierra está más cerca.
Por fin con Dana, mi “Pelirroja Dana” entre mis brazos, acurrucadita en mi pecho desnudo, refugiadas en el suelo. Mi dedo se acerca lentamente a su fina piel de porcelana, y le acaricia su sonrosada mejilla, recorriendo suavemente toda su carita. Su pequeña carita. Agacho mis labios hasta su frente para besarla. El viento vuelve a soplar más fuerte, casi huracanado. Oigo llover, pero desde mi ventana no se ve la lluvia, no hay lluvia. Los árboles crujen con el viento, el sonido de las ramas vacías. Por la ranura de la puerta, aparece un escarabajo negro que camina hacia nosotras. Mis manos que abrigan a Dana, mutan la piel resquebrajada...
Erasé una vez
Creo que sonaba sino recuerdo mal “Hope there`s someone” de Anthony and Jhonson’s, cuando la vi por primera vez. Fue en un bar sin nombre, sin aroma y sin sitio fijo. Los sitios siempre estaban dónde estaba ella y todos los bares se llamaban igual… No me atreví nunca a acercarme, siempre esperando en la retaguardia de sus pasos, en el callejón de sus miradas, esperando a que doblara la esquina para seguir a su cintura desbocada en no se sabe cuantas camas de paso…
Ahora vuelvo al principio del recuerdo, ese es un tiempo muy lejano para las palabras y los besos. Mejor dejar las cosas como están, así sin hablar, sin atreverse a remover el ver de esos ojos del misterio que encierran lo que nunca dijo… ¡Cómo me gusta averiguar lo que diría el atrevimiento en sus labios! Y sigo escuchando a Sabina decir que sus caderas cambiaron de acera, pero yo ya había cruzado al otro lado. Demasiado tarde, siempre llega tarde el atrevimiento ¿será cuando único se atreve?
Al fondo de otro bar o el mismo no lo sé muy bien. Helena está sumida en su copa y dando la calda a su cigarro. Ya no es café lo que toma, ahora sólo remueve su copa con vino dentro, supongo…
Y entonces me cansé, me cansé de seguir esperando a ser el vino que corría por su garganta esa noche o ser el humo durante unos segundos en su boca. ¡Qué suerte tienen los vicios! – pensé –. Y ya no hay más tiempo…, que me quedan sólo tú y la incertidumbre de no querer saber más de lo que sé. Qué no me cuentes cuentos que alimenten mi desventura en tu cintura. Qué no me importa, que tus horas no sean las mismas que las que marca mi reloj en medio de esta guerra. En la que me doy por vencida al ver qué tu nombre es más que un nombre de mujer. Y no me preguntes cómo lo sé…
¿Entonces? – pregunté –.
Entonces ¿qué? – dijo ella –.
Nada – contesto –. ¿Qué? – Volví a preguntar –.
Nada – Volvió a contestar –.
Y esas fueron las únicas palabras que intercambiamos en toda la vida que formó parte de la mía… “Again” susurraba Olga Román… Otra vez, otra vez esperando y otro día que mereció la pena estar sin estar a su lado.
Erasé una vez que se era… No sé muy bien el qué… Una mujer llamada Helena, que su nombre moría en el aire, al resbalar cada letra por mi boca, con harapos de armarios, lunares con luna y vicios con fortuna…
Intertextualidad.
He soñado contigo seguro... No lo recuerdo, no recuerdo el sueño, pero desperté y sonreía eso sólo tiene una explicación: Tú.
PS: 19.57
Ansia...
Ansias,
nauseas de retirada sin tu voz… Retórica a ratos,
de encadenamiento preciso de tus manos apalabradas…
Y dentro…,
muy dentro retozas como un gatito asustado.
Te protejo
te recojo
te cojo te agasajo
y extraigo,
extrajo sin estragos mi aroma mordaz…
Sueño...
Estaba en una casa que no era mía. Mucha gente en un salón monumental. El salón era de la misma estética del ascensor, todo en blanco mínimal. Sillones enormes de color chocolate y una alfombra de diseño con un código de barras. Todavía me pregunto que hacía allí. Todas las demás puertas que daban a las otras habitaciones estaban cerradas. Estabas tú y la que está contigo. No conocía a nadie más que a ti y eso que nunca te había visto. En fin… En principio… El fin… Y nos encontramos justo en medio de la nada...
Me asomé por una de las ventanas, mientras los demás se relacionaban… Entonces escuche una canción de fondo, fuera de la casa dónde había una niña muy pequeña jugando en el jardín. Casi apenas levanta dos pulgadas del suelo y bailaba al son de la canción más alegre y triste que hubiese escuchado… Decía algo como “tanto soñar, tanto volar, fui tan feliz, tan feliz, sabor de gloria”. Con acento portugués y ritmos como de una canción italiana de los 60. La niña reía y daba vueltas muy lento como si acariciase la hierba con sus pies… Me miró me sonrió y fui feliz en su sonrisa. Todo se paró. Un portazo. La niña huyó y corrió lo más rápido que pudo. Yo me gire y ahí estaba él.
Me acerqué a preguntar si él era “El capo”. Asintieron. Con paso firme y definitivo me acerqué a “El capo”.
– Tengo un problema – le dije.
– ¿Cuál es tu problema?
– Tú…, y que no tengo ropa para salir esta noche… -Yo iba en vaqueros y unas viejas sandalias de estar por casa, una camisa holgada – Le mire unos segundos.
– ¿Puedo pasar? – le desafié en la pregunta.
Salí corriendo hacia la puerta cerrada que estaba delante de mí. La abrí y entre en un pasillo oscuro lleno de puertas. Las puertas estaban decoradas con reprografías de actrices de los años 50… En cada habitación había un ambiente distinto… La habitación roja, la negra, la azul… Todas construidas para follar… Abrí la última la habitación. Era de la Dietrich… No tenía pared al fondo había vacío, no había pared, sólo un enorme cristal de metacrilato cubriendo ese espacio. Un armario abierto, con los cajones revueltos. La niña estaba en el suelo rodeada de zapatos, midiendo sus zapatos. Aquella niña que antes bailaba descalza, estaba midiendo sus zapatos para guardarlos en el ropero. Le pregunté casi llorando:
- ¿Hay alguna camisa por aquí o una corbata?
- No – dijo muy lento y suave.
Me senté y volvió a sonar otra vez la música no sé de donde salía. Esta vez era una percusión al ritmo del sexo. Ascendía y descendía la intensidad. Miré a la niña empezó a llorar. Las ratas salían por todas partes y pasaban por encima nuestra con los cordones de los zapatos en los hocicos. Gritamos… las ratas desaparecieron… Los cordones se quedaron por todo el suelo… La niña se levantó se dirigió a la pared transparente cortó su dedo y empezó a escribir una frase: Siento molestarte, pero necesito cierta información, y tú eres la única persona que puede dármela.
Murió después...
en pleno delirio febril,
sin dar rienda suelta ni tregua al suspiro…
“A+B+C+D”.
Sin despejar incógnitas sobre la ciencia.
Llegaba a los cinco años apenas, pero sus pensamientos iban más allá de su sombra.
El delirio seguía inundando sus momentos de conciencia,
donde el sueño no llega…
Exprimía la tierra entre sus manos,
se enterraba en la arena el mar entraba en ella
y volvía a salir marcando las esquinas de su cuerpo…
Mirando hacia al cielo veía como giraba hacia ella,
pronto un agujero negro arrastraba sus ansias, la absorbía sin control…
Murió después.
¿A cuál cristalina forma desafias?
Osas dudar de mi razón, aludiendo a la estructura compleja...
La búsqueda efectiva...
Tú promesa perdida...
En fin... En principio, el fin...
Hoy ya no te sueño, porque dejaste escapar el consuelo...,
Tu voz se perdió. Mi noche calló y con ella la razón.
Midiendo los pasos, perdiendo la partida.
¡Cuidado, estoy a dos cientos..., ¿metros o restos?!
¡Lo encontré!, hay salidas hasta en las medidas...
Y los zumbidos siguen cayendo...
Cayendo, desde la musa el pecho donde acoge a su retoño, donde le aparta del dolor,
sigue sin querer ver con los ojos del miedo lo que siente en realidad. Despreciar la ausencia en la vigencia por no atreverse a hablar con la razón en el Jardín donde creció.
Ese Jardín del que se alimenta, se recubre y resguarda del peligro cuando llega.
Como los hijos abandonan los nidos cuando vuelan siempre regresan al Jardín donde se cobijan del dolor.
Mientras la felicidad existe vuelan, vuelan como cometas. Como Ave Fénix resurgiendo de cenizas… Cenizas escachadas en el azúcar jugoso del placer sexual.
Sigues ahí…
En la espera del momento, de descubrir, de seguir sintiendo las ganas de estrangular el blanco silencio.
Los límites de las formas de expresión. Las luces azules en medio del sudor desfiguran tu sombra. Miras a la esfinge danzando por encima de los cielos. El deseo se huele a la distancia, sólo con los ojos anhelas la posesión de un cuerpo. De arrastrar su mente hasta tu vientre. Penetrar en tu silencio, regodeándose con tu ansia oculta. Lo especial, se convierte en desafortunado al lado de la pasión oculta.
Recordar lo efímero de una sonrisa cómplice en medio del murmullo. Como siempre pierde en este juego al que no sabe jugar.
Las reglas del juego se esconden en el filo de tus dedos..., dentro de tu sexo…
Vértigo
En la oscura noche, la noche que veo teñirse de magenta, mis noches tienen ese color. Estoy viviendo, viviendo de noche. Intento cerrar mis ojos, mis ojos no se cierran, no se cierran, ni aún estando..., estando cerrados. Veo serpientes enormes, enormes serpientes que me aprisionan. Desnuda desafiando los cuchillos afilados, el frío acero, - me encanta la sensación del frío acero en la piel- camino por los edificios blandos, blandos como la gelatina. La gelatina que reviste los cuerpos... Paseo en los brazos de la locura del vértigo que me produce la incertidumbre y la espera...
El correr, el absorber el placer. El placer que me provoca el sentir. Morder una naranja, sentir su jugo recorriendo mi esófago, penetrando en mi vientre. Mi vientre que se exalta, se exalta como cuando sube a una montaña rusa. Aletea el pánico, pero el placer es mayor. Peces que pierden la memoria. Peces recorriendo mi vientre... La sangre empieza a agitarse como se agita el mar con la luna. El torrente sanguíneo se convierte en espuma que desemboca en el vacío.
El verde de la hierba fresca sobre mis pies. Mis pies hacen un esfuerzo por enraizarse, se despliegan las semillas. Mi cuerpo esculpido por las manos de Pigmalión. “Mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal”
Me seco el sudor que recorre el canal de mis pechos, gotas que se deslizan suavemente hasta llegar al vientre. ¿No sé muy bien si es la lluvia o el sudor que brota de mi cuerpo? Se confunden en el mármol resquebrajado en el que poco a poco se convierte mi piel en este jardín donde se asientan mis pies.
Vuelvo a librarme de las serpientes y de las raíces. Pero no del deseo, no me libro del deseo, ni de la locura del vértigo de la incertidumbre y la espera. La ignorancia de no saber responder a los porqués. Los porqués, que atormentan los surcos de mi cerebro enjaulado en el miedo de decir las palabras que tropiezan como los niños. El miedo de abrazar los edificios blandos, blandos como la gelatina. La gelatina que recubren los cuerpos. La gelatina que recubre tu cuerpo.
Resbalan las palabras para pedir perdón. Un perdón que llegue hasta tu nervio auditivo, por el desconocimiento. Por salir corriendo de la jaula del deseo, aún queriendo estar dentro de ella. Quería quedarme ahí, en esa blanca jaula, envuelta en tu aroma, pero me llamó el miedo. Nunca quise salir corriendo... nunca. Creer en el destino, creer aunque sea en algo... Tengo la necesidad de creer, de creer en lo que no se ve, de creer en lo que siento, a veces no soy fiel a mis creencias. ¿Por qué?
Petit Morte de una lámapara
romper el alma con costuras deshechas de rencor.
Propiciando que llegue el desequilibrio de la memoria,
para pasar a olvidar los recuerdos
que no acaban por zanjar en cada sombra de tu cuerpo.
Sustituir las palabras,
¿para qué?, ¿para qué se acaben?
Cada palabra es la que es.
Y no tiene sentido sin su valor.
Paso de seguir utilizándolas, paso de decirlas bien o mal.
No tengo declaración de intenciones, ni intenciones que declarar.
Nunca las hubo más que el bienestar de tu presencia y el compartir de tu sonrisa. Respirar, necesito respirar…,
dejar de pensar en todo y en nada.
Reestablecer vidas que no son mías.
¿Y sí el mundo se me acaba?
¡Oh mierda!, el avión no se estrelló y lo deseaba.
Porque practicarse la muerte a uno mismo,
es lo más difícil que se puede haber inventado.
Deseaba con todas mis fuerzas que ese avión se precipitase,
hasta desintegrarse en las aguas.
Claro que mi deseo de muerte no tenía por qué afectar a los otros cincuenta pasajeros,
si es que llegaban a cincuenta.
Necesito volver a mi vida de fines de semanas,
de cuerpos distintos,
de alcohol desenfrenado donde frena mi obsesión.
Yo para sostener mi equilibrio necesito: doparme de pharmaton complex en las resacas, meterme dos valerianas por las noches,
beber y leer a Bukouski.
Me encantaría ser una lámpara,
darle a un interruptor y que se apagara por momentos
y volver a encender para ver si se ha pasado.
Una bombilla siempre se puede recambiar cuando se funde.
¿No te gustaría ser una lámpara?
No porqué sino no podríamos follar.
Si pueden.
Cuando parpadean es porque están follando.
Llegan al clímax y se apagan.
La petit morte de una lámpara.
Luz Tenue
azul,
suave y suculenta pintando tu cuerpo a través de la ventana.
Observo entre sueños como me das tu espalda.
Inmensa,
curvilínea…
Es como un fotograma que pasa raso rozando el parpadeo de mis ojos.
¿Recuerdas las películas de superocho?
Pues así pasas tú por mi vida, con esa luz y esa fotografía.
Imágenes perfectas de cuadros constantes.
A la velocidad en la que los coches corren las aceras de noche.
Las luces de una ciudad que se queda sin color.
Por qué todas las películas me recuerdan a ti.
Porqué todas las canciones eres tú
Leo, esto es una mierda, una patraña. Vivir al límite de ¿qué?, al límite de tus piernas. Clamar a tus labios la ansiedad de mi sexo. No puedo escribir, no puedo. Veo tu imagen y me bloqueo, me bloqueo ante ti. Paso no necesito esto. No lo necesito. La vida me sobrepasa, me sobrepesa… tras estas lágrimas quiero dejar la vida de un suspiro. No puedo más. No quiero seguir aquí. No quiero tener nada que no tengo. No es mi sitio, no es mi lugar, no es mi función se bajo el telón. Los espejos traicionan, las palabras dejaron de ser las que eran… Soltar mierda, no paro de soltar mierda. Estoy cansada, cansada del mundo que me rodea. No soporto más mentiras, no soporto las caras ni la vida con caras, con máscaras aplastadas, con estómagos vomitando mentiras. No soporto que nadie se atreva a atreverse conmigo. No entiendo el que hice mal. El qué rompió el límite. Mi garganta se muere. Yo me muero con ella, pero sobreviven mis dedos. El arte de quedarse mudo y sin silencios…
Si tuviese que hacer una carta de despedida. Solo te pondría hasta pronto, en otra vida. Quizás en otra muerte, sin dignidad. Tengo una enfermedad, se llama miedo. Podría decirte lo que siento, pero ya lo sabes. Si muero ¿me amarías? Se que esto q escribo es mierda sensiblera, cursi, etc. si, si, con todas las faltas de ortografía que quieras de signos de puntuación y todo eso. Pero que glamour y q bohemio morir en la juventud. Sin obra empezada, es ni inacabada, ni todo eso q los genios ya hacen a mi edad. La ansiedad de la genialidad se me murió en el intento… quise tenerlo con la palabra, pero la palabra me vino de frente. Sería muy romántico morir en este momento en el que ya el alma no me da para más. Las gotas de agua han sido enormes, el ron no ha podido rebosarlas… Pediré otro vaso, lástima que solo hay un vaso para cada uno. ¿Qué hace la gente cuándo se va? Si lo supiera me iría. Estoy tan atada a mi cuerpo, que no puedo desprenderme de él.
Se distorsiona mi imagen, mi cuerpo, mi vista. No veo lo que quiero ver. Rápido y extenuante, vertiginoso ritmo del corazón. ¿Y si se para?
Saudade
la tierra que recorrí apenas de puntillas era color azufre
y llegaba a corroer como él.
Miradas desconocidas, altivas, altaneras con la compañía inestimable del gesto perfecto. Hoyos, huecos de sonrisas a medio labio partido.
Descalza, apoyando a cada paso la planta del pie en el frescor del asfalto mojado… Desnuda acariciada por cada milésima de agua,
espuma vertida a través de pequeños agujeros que observas,
analizas extrayéndola…
Restos de tu piel en mi piel,
que se arrancan como escamas,
de un pez con más memoria de la que pensaba…
Y entonces te elevas por encima de mí,
sin estruendos,
sin imágenes que evocar,
como ese cuchillo que penetra fino,
dónde tiembla enmarañada la oscura raíz del grito lorquiano…
A Shakespeare me remito,
sin desconcierto seguro
que tus labios son mi tragedia,
la sobrenaturalidad de la ruptura del orden natural,
que abarca más pesos de los deseados…
Consumiendo el placer del instante perfecto…
Arrodillándonos ante el orgullo del si quiero.
Rompiendo moldes, moldeables como tu cuerpo…
Arcilla vencedora de Pigmalión,
enroscada en forma de serpiente por mi cuello.
Asfíxiame sin más…,
no me dejes respirar ni un solo instante
que ya me perderé en tu aire.
Susurras a mi oído canciones con gracia,
risas consagradas de sonrisas,
que imagino en el subsuelo de mi sexo.
El tiempo estremece en la piel…
¿Qué tiempo el qué pasa o el que arrasa?
¿Qué tiempo?
¿El que te tengo en mi atmósfera o el que relativiza las historias?
Isobaras con humedad relativa de un 100% que aún no palpas…
Asumiendo,
consumiendo,
consagrando el perfecto imperfecto del presente continuo de tus besos…
A tus labios incrusto mis sueños…
El sello lacrado a fuego del turbio
y casi sórdido deseo de agarrarme a tus pechos…
Recojo mi ropa,
mi vestuario,
mi mascarada parlada,
mi angustia restituida y la pérdida vencida.
Las vírgenes suicidas retoman los complejos de la inocencia interrumpida…
Incrédula,
con ojos desorbitados
y corazón maniatado a un latido,
tiro mis cartas y pierdo la partida…
Quizá una mala jugada…
Quizá un mal partido…
Quizá…
Perhaps,
Maybe,
Tal vez…, en otra vida…
no se…
pecera
En ese recuerdo, afirmo, hallé un misterio
Es el mismo misterio que me asfixia cada noche…
Que corroe mi fortaleza
A qué se enfrenta tu mirada?
Te encuentras bien?
Dudas de mi ayuda…es desinteresada.
Respeto toda expresión de dolor en la mirada
Hasta que me implico
Y duelo y soy dolido junto a ella
No provoco nada
Produzco tormentas, en mí, no te alcanzan
Por eso no debes temer
Estas a salvo en mi refugio de cristal
Y vuelvo a sonreír, claro…
Marea de entendimiento
No puedo contener
Ni la respiración
Desemboco cada verso
En un ritmo de rimas
De palabras dadas
Que surgen,
De entre la marea de la mañana.
Es posible que se oscurezca
La noche más negra para dar paso
a una rima banal?
Lo que es posible es:
Escribir taciturno, con ojeras
Con colillas, cafés y pesadumbre
Mientras irradia el sol por tu ventana.
Olvidemos las imágenes dadas
Tomemos unas nuevas
Reformemos la marea colectiva
Su conciencia es nula y adictiva
Se hiere y se quiere a sí misma
Y no sabe hacerlo de otro modo
Y eso hay que entenderlo
Sólo sabe bailar sobre sí misma
Y coquetear con cuantos la observan
Esa marea es caprichosa, ya lo sabemos
Y su juicio y movimiento, azaroso
Solo la brisa que produce, esa frescura
Hace merecer la pena todo el rito
Donde todos nos evidenciamos
Nos hacemos trasparentes
Aún más de lo que nos dicen ser,
De lo que nos opinamos,
Es duro entender más allá,
Y poder sacar fuerza para expresarlo
Por eso la imagen suele ser sombría
De derrota, entre humo y sustancias,
En la sombra tras su escritura.
Yo proclamo escribir transparente
Con lápiz de cristal, con la brisa del momento
Jugando con tu espacio, refrescando tu sonrisa
Haciéndola, una vez más, parte de tu ejercicio
Vital, acabar rimas y días arqueando labios.
La pequeña circunstancia
Acerca de ese pensamiento:
Evítalo
O te dolerá
En su momento.
Y lo hice.
Lo evité cuanto me fue posible
Pero cuando se es
Incapaz de aguardar
O tener paciencia
Hasta para sí mismo,
En fragmentos diarios,
En estancias pensadas,
En merodeos ordenados…
Cuando a uno se lo comen
Las pirañas del entendimiento,
Y crece después entre esporas
De lo suyo.
Se repite.
Mil veces se repite,
hasta que de puro tedio,
reflexiona lo que se le prohibió
y luego juega con la idea
triste y repetida
de lo prohibido,
qué es ligeramente más liviana
que lo concreto y aceptable.
y se aburre de jugar con ella,
de darle vueltas y mirar con
esa mezcla de oclusión
y de delincuencia,
con ese rumor vívido en las venas
y ese sonido de cortinas sospechosas
que piden drenar de temor tu corazón,
así que lo abres…
abres el pensamiento prohibido
y lo lees, en un discurso magnífico,
pero no sucede nada.
ni hoy, ni mañana.
ni a las tres semanas,
ni tras las otras tres.
sólo un día te quejas de un dolor leve
que brota por segundos
y se multiplica a sí mismo
como un algoritmo pernicioso,
como un embalse de lluvia,
y ese latir sólo te recuerda
a lo mismo que te pedía tu
interior más preciado,
en la voluntad denostada de encontrarte
en algo externo, cerrado
ajeno, oculto
y recuerdas que lo habías abierto
y recuerdas que se te había advertido
y entonces dudas de si tú
o tu otro tú
hubieran sido capaces de aguardar.
No.
tu naturaleza de hierba seca
de defecto rugoso en la pared
de imperfección con cierta gracia
dependía de traspasar su propia
ignominia.
de eso, y no de otra cosa,
es de lo que hablan las trepadoras.
Especies en peligro
Admitimos ciertas generalidades,
Pero esgrimimos el yo más en todo momento
Y nos confundimos
No hay yo más
No hay nada
Predeterminación
Si escribo cerca de una ventana,
El tiempo y los olores condicionan mi escritura
Si el día es gris, nulo, vacío y frío,
Y entra a mi vida un olor rancio de perfume
Todos lo rechazamos.
Si entra un olor a azúcar quemada,
En ese punto de repostería…
A todos nos evoca…
Si entra olor a plástico de flotador con cloro,
Todos nos trasportamos hacia el futuro,
El poeta miente, el escritor estafa,
Todos se traicionan a sí mismo
Todos engañan al inocente que ha de leerlos
Que ha de perder tiempo y comprensión
En entender qué pasa, que se siente, en dejarse llevar
En poderse transportar, si el vehículo lo permite,
En esas corrientes alternas de metalenguajes…
Pero el autor se ríe de nosotros, él sólo fluye, apacible
Dejando hilar sensaciones y revuelto interior
Hasta que eclosionan en textos, desgarrados,
Declamados, derramados sobre el papel
El autor es una esponja.
Una esponja grande y gorda, y a veces, peluda
Una esponja armada con lápiz y papel,
Y a veces con un procesador de texto.
Esa esponja hace de su virtud el atrapar,
Lidiar con las palabras y con los olores
que entran por su ventana, y engañarnos,
diciendo que es poesía, que es sublime,
que es arte, que nace excelso del deleite de Calíope o Melpómene,
o quien quiera que tramite eso en ventanilla…
para él se lo dejamos, o ha sido listo o muy tonto eligiendo
la poesía cómo arte o cómo oficio…
por que ser una esponja cada vez resulta más difícil,
no están bien vistas, y menos armadas de palabras…
siempre podemos contemplarlas caer de su abstracción
cuando suena un teléfono, un timbre o un golpe
y entonces nos damos cuenta que hay que cuidar
a las esponjas, que sufren con incapacidad el estar en
nuestro mundo cotidiano…
Caen, como lenguas del cielo
Y no sé a que se debe.
No lo sé, ni me importa.
Sólo agarro un colmillo,
Me lo amarro al cuello
Y rezo por que me de la fuerza
De esta bestia antediluviana
En los momentos más duros.
Y así lo hace.
Me acompaña en un encierro,
Obligado paso de mi persona
Me acompaña en un exilio,
Obligado paso de mi espíritu
Al final, lo cubro de honor,
De plegarias y lo entierro
En una tierra santa
Que vieron mis ojos
entre dos décadas diferentes
En una de las plegarias
Recuerdo su procedencia,
El que siempre va delante,
Allana el camino
Lo limpia de obstáculos
Y descubre nuevos objetivos
No, siempre ha estado ahí,
Siempre ha ido por delante,
Yo recojo el testigo,
Y trato de dejar el listón alto.
Sin pretensiones.
En la otra plegaria me cago
En lo vivido.
Por que son callos
En mi corazón, que me hacen
Demasiado viejo para mi cara impúber
Como explicarlo todo?
No puedes, y esperas que te sea útil.
Dudas…el diente, la lengua…
Acaso el colmillo me hizo pasar por todo
O me hizo fuerte…
Preguntas estúpidas
Tus talismanes no son tus vivencias,
No son tus actos
Pero tampoco son tú
Como la hiedra…al muro…
O reyes muertos…sin corona…
Pero con tus objetos de poder
Haces lo que quieres
Mientras otros se hacen presos
De tradiciones
Tú te liberas
Y las adaptas a tus tiempos.
Te envidio.
No por ser capaz de engañarte a ti mismo,
Eso lo hace cualquiera…
Te envidio por que eres consecuente,
Y llevas honrando tus objetos,
Desde hace milenios.
Llevas el honor en sangre.
Y hablo de un acto concreto,
Cómo el de rezar por un objeto,
Que has sido tú…
En las situaciones difíciles,
Y no te has abandonado,
Ni siquiera para recoger lenguas del suelo…
Piedras en el medio
Actualizando mi orgullo… de escritor errado
De poeta vagabundo… de monstruo en su propia deriva
Naufrago de su mar… de lamer, de pedir entre horas
Lo que nadie se merece… recompensas hostiles de sí mismo
Escarbando agujeros… abismos de lo mismo… estudios de estúpidos
Entre horas, sin ansiedad…
Pero con vacío…
Ese vacío de una tarde festiva y familiar…
Sin el murmullo de la discordia…
Sin la prisa de la muerte.
Sin dedos que te apuntan, te insultan, amenazan…
Y finalmente le dotan de sentido a tu estreñida vida
Un mojón frente a la muerte…y eso era cierto…
Decían, solo fue un mojón ante la muerte, y volvía a ser cierto…
Y es que, en esas tardes difíciles, donde el aire que se respira
Huele a museo de cera, a cartón piedra y a salón de visitas…
El hombre termina por definirse como una mosca que sobrevuela los objetos inertes
Inertes como su pensamiento, desprovisto e impávido, inocente de sí
Jugando a ser cobarde, insípido y autómata…un ser reducido a caca…En medio de una carretera a ninguna parte, en un día caluroso….pero
IRU vs. THe World: Round 1 Vuelta a comenzar
-¿cómo te llamas?
Contesté: NO
-¿DNI?
- Seis seis seis
-de que vas chaval? Vas aterminar mal
-voy de vulgar de LSD
voy de científico.
vuelta a comenzar.
-¿tu que te crees?
-Soy
-te la vas a llevar
-conozco mis derechos,
soy espiritual si veo coca en tu coche policial
me la esnifo
soy metralleta de amor, científico del LSD
quitame las esposas o te vuelvo bebé
-niñato me has recordao el wiskito de las diez
te voy a soltar que no vuelva a pasar
tu a mi hija no la vuelves a enkular
-bueno hombre de ley te lo voy a prometer
pero si me lo vuelve a pedir, ella no; tú
tú cabrón vas a sufrir.