Wednesday, February 10, 2010

El Apacolipsis, versículo IV

Será al principio que las aguas de las termas y los spas será hielo y su olor cómo de podedumbre, los masajistas que allí trabajan tendrán fuertes dolores y unas contracciones que a su vez hará que las sufran sus clientes.
Los barquitos de vela encallarán, y algunas embarcaciones deportivas de lujo sufrirán desperfectos en el casco y el ataque de un alga hidrófila que se comerá, lentamente, la pintura exterior.
Los vendedores ilegales del primer mundo intercambiarán sus productos, y así, los que vendan rosas, venderán bocadillos, los que vendan bocadillos, venderán gafas con lucecitas de colores los que vendan gafas con lucecitas de colores, venderán gafas de colores, los que vendan gafas de colores, venderán bolsos y carteras de imitación , los que vendan bolsos y carteras de imitación, pasarán a vender yoyós luminosos, los que vendan yoyós luminosos, venderán samosas, los que vendan samosas, venderán droga, y los que vendan droga, venderán cervezas, y, por último, y cómo cerrando un ciclo perfecto, de maquiavélico orden y caprichosa estructura, los vendedores de cerveza pasarán a vender, cómo no, ramos de rosas, y el mundo quedará configurado con ese nuevo orden, y este quedará así hasta que sea dispuesto, a pesar de que el caos reine entre los hombres.
Será dicho que los hombres tendrán más trabajo que vacaciones, y gastarán en sus vacaciones más dinero del ganado durante el trabajo, y aun así, no serán felices ni en un momento, ni en otro, y será así que el sistema se resentirá, y sus pilares se tambalearán.
Llegará un tiempo en que los vegetales de temporada valdrán un poco más caros que los del resto del año, y las gentes que así no sabrán muy bien cómo organizarse, tendrán desórdenes alimenticios y una desazón como consecuencia.