Lance al viento el duelo,
jugué como siempre a ciegas sin saber.
Con el ansia del impulso que me pierde,
sin miedo a caer en el vacio.
Porqué en éste ya he estado.
Ya lo conozco, ya lo he probado.
Contigo más de una vez.
Ahora, resulta que levanto las cartas,
ahora se va contigo la suerte,
ahora la suerte está de mi lado también.
Miro las noches de color aceituna, de piel sureña,
de pasión isleña, y carácter de levante.
Y me pierdo entre tus piernas, y sollozo y calmo entre tus pechos...
Y vuelve ese pezón,
del cuál recuerdo imagen primera de femina en brazos...
y vuelve a elevarse eterno en mi lengua,
y a exclamar en tu rostro vencimiento.
Por dios! no me dejes caer...
que ya tengo el suelo a mis pies y el cielo en las manos.
A tu redención, una oda
A tu piel, un poema
A tu risa, una sátira
A tu vida, mi historia.