Y el enviar a ráfagas miradas
En el soporte de este cuerpo marchito
Henchido de razones de olvidos
De haber sopesado las posibilidades de una vida mejor,
En caso de que exista
Y no es castigo, sino hechos denostados de tiempos pasados
Y no es falacia, sino falos callados de ignorancia
Y si es el alimento del valiente, aliento al cobarde a su recuerdo.
Que mato al silencio si se tercia en medio de este grito fingido
Que más no me queda que el vacío de que ya fue mío
Y entonces vuelvo y vuelvo, porque vuelvo a ti.
Sí, es ambiguo me falta el ti,
Y el tú,
Que no eres tú, pero está ahí...
Ella... en ese silencio, que son muchas ellas
Mi principio...
Mi fin...
Mi mitad...
Mi Verdad...
Mi mentira... Tan real
Real... Al fin.